Con una mirada aguda y problematizadora, a una distancia muy corta de los temas que la ocupan, Natalia Schejter rescata del bronce y del silencio la figura de las cautivas correntinas, cinco mujeres de la alta sociedad tomadas prisioneras y llevadas en cautiverio al territorio paraguayo donde padecieron los horrores de la Guerra de la Triple Alianza. El libro propone una lectura crítica que va más allá del análisis del pacto de silencio y de la reclusión doméstica que signó el regreso de estas mujeres a Corrientes. Examina las narrativas de la barbarie –«la otredad, el monstruo originario», al decir de la autora– y el rol de la mujer en el arte y la literatura, los mitos y las devociones religiosas que signan subjetividades, costumbres y la cosmovisión regionales explicando, a la postre, silencios y tabúes. Por otra parte, y este es otro potencial del libro, da cuenta de tres obras de teatro, cuyos textos se incluyen en el Anexo, que recrean el mito de las cautivas.

Una escritura apasionada y por momentos provocadora que –como afirma Cadenas Cañón– excava tratando de romper los silencios que nacen del miedo, del miedo heredado. Como esas indeseables hierbas capaces de agrietar muros para salir a la luz.